viernes, 7 de enero de 2011

La Revolución Bolivariana en el Jet Set Internacional.

Bajo el cuento de reivindicar los años perdidos, la revolución del coronel bolivariano hace tiempo sufre frecuentes metamorfosis ideológicas, que van desde importantes compras en las bolsas de valores de Tokio y Nueva York, hasta la construcción de imponentes infraestructuras turísticas en Republica Dominicana con una inversión superior a los 5 mil millones de dólares.
Los socios de la revolución con la plata del petróleo venezolano, se están convirtiendo de la noche a la mañana, en los nuevos jeques del Jet Set internacional, con yates lujosísimos donde realizan sus paseos por el Caribe en costosas naves valoradas en decenas de millones de dólares.
En el escándalo más reciente, un sobrino de Hugo Chávez, compro en efectivo un lujoso piso en Santo Domingo, valorado en 700 mil dólares. La compra no podía pasar desapercibida por ser hecha en efectivo y por un joven de solo 24 años de edad de profesión estudiante.
La feria de la alegría continua en los íntimos del dictador, que de peones desempleados, ahora son presidentes de cadenas de hoteles, poseen departamentos, casas, yates y gordísimas cuentas en bancos europeos, chinos e iraníes.
El cuento de la revolución ha creado más millonarios que nuevos empleos. Son ya 4 millones de desplazados políticos venezolanos que han tenido que abandonar su país por persecución política de la dictadura. En este mismo momento mientras usted lee estas líneas un nuevo rico está naciendo en Caracas y un nuevo empleado pierde su trabajo por la falta de competitividad y productividad de la economía venezolana.
Hoy existen más venezolanos que cubanos desplazados por el odio y la confrontación fratricida, el coronel con sus nuevos poderes se alista a trazar un nuevo rumbo a su revolución con la implantación de un poderoso sistema de censura pública, terrorismo psicológico y compra masiva de voluntades con la chequera de los petrodólares.

Héctor Ygonet Céspedes

jueves, 6 de enero de 2011

La Organización de Estados Americanos OEA es complice de los dictadores Latinoamericanos

La Organización de Estados Americanos OEA, parece encontrarse secuestrada de los compromisos políticos que llevaron a una rápida e inmerecida re postulación de su titular José Miguel Insulza.
Cuando se trata de sancionar actores políticos contrarios a los nuevos amigos de la organización, son rápidos, activos y diligentes. Pero cuando las acciones deben dirigirse en contra de países, estados y gobernantes amigos y socios de Insulza, no solo que se demoran, o no se tramitan, sino que la acción fiscalizadora de la democracia continental de la OEA, sencillamente desaparece.
En los casos de Venezuela y Nicaragua, donde las constantes violaciones a las leyes, orden público y derechos políticos están a la orden del día, Insulza guarda un vergonzoso silencio, y más bien alienta y justifica los desmanes políticos de Ortega y Chávez.
Mientras contra el gobierno de Honduras se quiere practicar un exorcismo, para devolverle su curul en la Asamblea General de la OEA, Insulza contradice la propia carta constitutiva de la organización en su Artículo 9 que dice: Un miembro de la Organización cuyo gobierno democráticamente constituido sea derrocado por la fuerza podrá ser suspendido del ejercicio del derecho de participación en las sesiones de la Asamblea General, de la Reunión de Consulta, de los Consejos de la Organización y de las Conferencias Especializadas, así como de las comisiones, grupos de trabajo y demás cuerpos que se hayan creado. En el caso de Honduras ya hubo elecciones democráticas donde no participo candidato alguno de los golpistas, y fue elegido un nuevo presidente y aun así se le quiere mantener marginado del seno de la organización regional, por expresa presión y solicitud de los países del Alba liderados por Venezuela que era socio principal del depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya.
Insulza demostró en Honduras una brutal incapacidad diplomática, que debió ser asumida bajo el liderazgo de Estados Unidos y Brasil, que pudo poner fin a la crisis que llevo al exilio hacia República Dominicana al depuesto presidente Manuel Zelaya.
Honduras estaría pagando los platos rotos de las incapacidades de Insulza, mientras Daniel Ortega en Nicaragua rompe con el estado de derecho constitucional, sin que ocurra ningún pronunciamiento de Secretario General de la OEA, cómplice y compinche de los dictadores de turno.

Héctor Ygonet Céspedes

dudas en los ciudadanos acerca de las afirmaciones del presidente sobre el supuesto fallido golpe de Estado

Me refiero al Enlace sabatino No. 194 del presidente y a temas de importancia de la semana relacionados con el jueves sangriento 30 de Septiembre de 2010, específicamente a las dudas en los ciudadanos acerca de las afirmaciones del presidente sobre el supuesto fallido golpe de Estado, supuesto secuestro y supuesto intento de asesinato, basadas en las incongruencias existentes con respecto al llamado "rescate" atacando a un hospital, hecho condenable y que debe ser esclarecido por organismos independientes internacionales, la inexistencia de conspiradores, las balas desaparecidas de los cuerpos de las víctimas fatales y las contradicciones en la información vertida por el Gobierno. Reviso informaciones de diversos diarios del país que recogen declaraciones de miembros del gabinete del Gobierno durante el 30-S en las que indican claramente que no había secuestro ni golpe de Estado y que se trataba simplemente de una demanda puntual de una institución del Estado que no estaba de acuerdo con una medida administrativa.

Noto el afán del presidente de convencer a la ciudadanía con propaganda masiva y afirmaciones de culpabilidad de personas supuestamente relacionadas al caso sin pruebas contundentes. Afirmo el principio de Marketing que el producto malo no sobrevive y que a pesar de la propaganda tarde o temprano conoceremos la verdad, pronostico que el engaño no durará e insisto que el presidente debe aceptar su culpabilidad y corresponsabilidad en los resultados fatales de este trágico día y renunciar.

Atentamente,

CARLOS SAGNAY DE LA BASTIDA.