Honduras, el burro y las orejas
Publicado el 03/Diciembre/2009 | 00:08
Por Carlos Jijón
¿Qué habría ocurrido si, después del derrocamiento de Lucio Gutiérrez, el mundo hubiera mantenido la misma actitud que hoy el Ecuador sostiene respecto a Honduras? Esto es, la de no reconocer al Gobierno que se eligió en el proceso electoral posterior al golpe y exigir la restitución en el poder del Gobierno derrocado. Pues resultaría que la comunidad internacional no debería haber reconocido la legitimidad de la elección que dio el triunfo a Rafael Correa y que debería restituirse en el poder al coronel Gutiérrez. Así de absurdo.
Así de incoherente resulta la posición del Gobierno, expresada a comienzos de esta semana en Estoril por el canciller Fander Falcón durante
¿Fue Alfredo Palacio un presidente constitucional o un presidente de facto? ¿Fue Rafael Correa ministro de Economía de un Gobierno de facto? Los hechos, ya históricos, son que una mayoría de diputados declaró destituido al presidente legítimo sin seguir el procedimiento prescrito en
No recuerdo cuántas horas después, o si fueron días, cuando Correa asumió el Ministerio de Economía. Pero sí me acuerdo los argumentos que un grupo de periodistas exhibimos ante una comisión de la Organización de Estados Americanos que llegó al país preocupada por la situación de
Los hechos, también ya históricos, en Honduras, fueron que el presidente Manuel Zelaya convocó a una consulta popular, que él llamó encuesta, con el objeto de reformar la Constitución para poder reelegirse, con el apoyo del presidente de Venezuela, y pese a la opinión en contra del Congreso,
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